agradables sorpresas

Hay días en los que la prensa local nos trae momentos inolvidables y hoy es uno de esos días. La Voz de Galicia nos regala un fabuloso reportaje con una nueva leyenda urbana: el chupasangres vigués. La horrible alimaña que mata perros y gallos (sí, esos mismos gallos que conviven con los humanos en el centro de la ciudad) al amparo de la noche. Nada de simples e inofensivas culebras urbanas. Serpientes devoradoras de mascotas, alimañas sedientas de sangre que habitan en las fincas ocupadas por Fomento, agazapadas tras los matorrales a la espera de que algún indefenso vecino salga a pasear. Si mata perros y gallos, ¿qué no hará con un humano de Teis, mucho más suculento?

Por supuesto que esta situación ha sido bravamente denunciada. Pero nada de juzgados ni aburridos escritos donde a uno le exigen que expliquen exactamente donde se esconden estas terribles bestias. Esta situación insoportable ha sido denunciada en prensa y con el correspondiente follón en el Concello. No sin antes pasar por el acto reivindicativo de atacar a la policía levantando la camiseta de la señora de la foto. Como dijo su compañera, "no me marcho hasta que me paguen lo que dijo el perito". Este perito que tan bien le ha informado se le olvidó informarle de que si llegaba a juicio no podría obtener la cantidad exigida hasta que no terminase el pleito. O se le olvidó indicarle que el precio de mercado no es el precio legal. E incluso se le olvidó explicarle cómo cobrar el dinero que el Ministerio puso en el juzgado a disposición de los afectados. Toda una muestra de buen hacer profesional que el chupasangres ha venido a empeorar.

Vivía tranquilamente hasta su salto a la fama. Como tantas tuvo que enseñar las tetas.