miércoles, 11 de febrero de 2009

el mío es más bonito

Le salió mal la jugada al Pp con la cosa del despacho de Touriño. De todos es sabido que nuestros representantes no son muy mirados con el precio a la hora de amueblar sus despachos. El hecho de que el interior de las residencias oficiales se consideren dentro del ámbito de la seguridad, no ayuda a la contención, precisamente. La residencia del presidente de la Xunta fue remodelada por su actual inquilino y lo que no se entiende es que tardara tanto. Las reuniones de Fraga con sus conselleiros consistían en sentarlos a todos frente a la mesa de su despacho y el irles repartiendo montones de papeles, muchas veces periódicos recortados por él mismo esa mañana, con la indicación de "éste es tu tema". El sistema no es que fuera muy moderno y la utilización de tecnología no pasaba del uso que le daba la secretaria al PC.

Luego está la elección de mobiliario. En España es costumbre que cada presidente remodele la residencia a su gusto. Felipe González se montó el invernadero de bonsais, Aznar la pista de padel y Zapatero se trajo un cuadro de Miró, además de retirar la moqueta de los cuartos de baño que pusiera el anterior inquilino. Ninguno tiene la idea de que aunque no le guste el sitio tendrán que acomodarse a él, porque sólo vivirán temporalmente allí. El que luego elijan muebles caros, pues me parece normal, si éstos tuvieran intención de durar y no tuvieran el destino de ser utilizados cuatro años y el siguiente que se apañe los suyos.

Esa costumbre, pues, está muy fea, por mucho que se presuma de ella. La Perly en Vigo recuperó por dos millones de euros el edificio del Rectorado y le cedió gratis el uso de la ampliación a la Diputación. Luego se gastó un dineral en ponerlo lindo, a pesar de reconocer ella misma que practicamente no tuvo que comprar casi nada, porque tenía de todo. Y luego se volvió a gastar el dinero en redecorar la parte cedida a la Diputación, una vez la desalojaron de la parte del Concello. Es lo que tienen las hormiguitas de la casa, compran en Zara para poder poner el hogar habitable, desprendidas ellas.

Lo que no entendemos muy bien es el mutismo de la prensa respecto al repaso a las facturas que tuvo a bien darle Raquel Díaz a todo este tema. Excepto por las menciones del Fallo de Vigo y el Xornal, no encontramos otra en ninguna otra parte. Vale que nos quedemos con lo que dice en Madrid la Carmela Silva y la consiguiente rabieta de la Perly, o que más allá de Galicia todavía no se hayan enterado de lo poco que conviene menear el asunto, pero frenarlo en la amenaza vacía y ridícula de la Perly en una supuesta denuncia no deja de significar un robo de la realidad a sus lectores.

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