jueves, 23 de abril de 2009
karpin y caballero
Si algo de bueno tiene de bueno la política viguesa es que uno aprende un montón de derecho. Por ejemplo, los convenios firmados a espaldas del pleno entre la anterior alcaldesa y varias empresas, con Barreras o Alfageme. Pues no son válidos ni tienen porque respetarse a la hora de elaborar el plan de urbanismo. Un Concello sólo debe respetar lo aprobado en pleno. Y lo demás, pues depende. O el edificio de Cluny en la Gran Vía. Que otro alcalde, también del Pp, firmó un convenio con una empresa para que pudieran cargárselo. Pues tampoco vale. Que si no se pasa por pleno y se aprueba no hay manera, por muy beneficioso que sea o que la otra parte lo haya cumpido. Que se vayan a reclamar a Manolo Pérez o a Corina Porro. Bueno, tampoco, que los actos realizados en función de su puesto público no conllevan responsabilidad personal, a no ser que les pillen con las manos en algo que no sea el bolígrafo para firmar. Que se lo digan a la Finca do Conde y sus "actos reglados"
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