el estado soy yo

Ya hemos comentado aquí la cosa de la comisión bilateral que votaron Bng y Pp para controlar la construcción del AVE a Galicia. Tengo que reconocer que no entiendo mucho de subcomisiones, ni siquiera de comisiones, pero no deja de ser curiosa (no digo errónea), que se proponga que estas subcomisiones se planteen como organismos independientes del tema a tratar.

Por ejemplo, si se creara una de éstas para controlar la implantación de la Ley de Dependencia en Galicia, lo normal sería que la formasen personas que supiesen de lo que están hablando (que controlen de la cosa "sectorial", le llaman). Y no convocar la "Comisión Bilateral de Cooperación Administración General del Estado Comunidad Autónoma de Galicia", como paso previo a montar la subcomisión en cuestión, como propuso el Conselleiro de Benestar.

Como parece mucho montar comisiones, subcomisiones, reuniones previas, llamamientos a los ministros, etc., pues debió de pensar la Elena Salgado (que es la responsable de estas subcomisiones) que tiene algo mejor que hacer que bailar con viejos, la muy pécora, que mejor se monta el invento de una vez y punto. Mucho fascista es lo que hay. Responder así al Rey de los Galllegos, sin un perdón, sin un sumajestad, sin un respeto por Castelao ni por las romerías. Desprecio no sólo a sus diez millones de votantes (¿o eran otros los que decían esto?), si no a Galicia entera.

Y esto debe de ser cierto para los regionalistas de corazón, porque si no, el Fallo de Vigo no apoyaría tanta indignación con el siguiente texto:

El vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, consideró hoy una falta de respeto a los gallegos la carta que la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, le remitió el pasado lunes (...) "Lo que no cabe, bajo ningún concepto, es una contestación como la de la ministra, que no puede faltar al respeto a los gallegos (...)" Quintana apeló "al hecho histórico" (...) alertó de que "el Estado cuando diga que no, está diciéndole que no a Galicia" (...) Quintana aseguró que hoy mismo le remitirá a Elena Salgado una misiva en la que le expresa su "sorpresa y preocupación" por la respuesta que dio. (...) Quintana interpreta la contestación de la ministra como "una vulneración de las normas democráticas".

Pero como el padre Quintanares sabe perdonar cuando hay arrepentimiento de corazón, continúa:

"Le voy a dar la oportunidad de rectificar y espero que esa rectificación se produzca inmediatamente" (...) Quintana puntualizó que se trata de una iniciativa destinada a dialogar y "no para hacer ninguna guerra". "¿Cuándo se vio que un gobierno democrático se niegue a dialogar y sobre todo cuando lo pide toda la ciudadanía?".