miércoles, 30 de julio de 2008

miserables

A la primera oportunidad al oir la palabra "crisis", las ratas empiezan a aflorar. En este caso, las ratas de las empresas de automoción de Vigo, con Alvariño al frente. Dejan ver el filo del cuchillo que pretenden pasar por el cuello de sus trabajadores. Después de años de ganancias desorbitadas, ese compromiso social que sacan a relucir unicamente cuando les toca recibir algún premio, se convierte en un aviso sobre la posibilidad de llevarse el dinero ganado en Vigo fuera de sus fronteras. Nada que no se sepa.

En esta ocasión es un aviso que no por absurdo deja de resultar igual de molesto. Renault-Nissan firmó en enero un convenio con el gobierno de Marruecos para construir en Tanger una planta de fabricación de vehículos. Esta planta no empezará a funcionar hasta dentro de dos años, aunque no se sabe cuando alcanzará un nivel que ni se acerca al que tiene la planta de Citroen de Vigo. Además, los primeros en empezar a sufrir las consecuencias de este rival, no seríamos los vigueses. Pero, por si acaso, ya nos recuerdan que no sólo los portugueses cobran sueldos miserables.

Lo único que nos consuela es el conocido caracter timorato de los empresarios vigueses, cuyo "espíritu emprendedor" se acaba cuando hay que respetar los derechos laborales.

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