martes, 27 de enero de 2009

elecciones (2)

Efectivamente, hay elecciones autonómicas, como supongo que ya sabrán. En el ánimo de los votantes la desilusión llama para saldar las cuentas aún pendientes, los navajazos se vuelven a abrir y las expectativas falladas toman su color gris definitivo.

Sigue habiendo listas de espera, continúan las deficiencias en educación y las infraestructuras continúan donde estaban con vistas a engordar su tamaño. El engaño fue previo al cambio de gobierno. Cambiar todo esto no podía hacerse en cuatro años, aún teniendo gestores competentes, que alguno hay. Si no se dijo fue principalmente porque los solucionadores de problemas formaban parte del escándalo.

Lo bueno que se hizo en dieciseis años de fraguismo tuvo el apoyo explícito de Psoe y Bng, que se han encontrado con un panorama desolador, imposible de amañar para sus escasos talentos. Las opciones han sido potenciar aquellas cosas positivas, aumentando los presupuestos de sanidad y educación, racionalizando gastos y estrategias en algunas áreas de medio rural, pesca e industria, y contar con un trasvase de dinero del gobierno central nunca conocido antes en Galicia. Este mismo gobierno con un gobierno de derechas en el Estado, o con uno tan insensible como los anteriores con las necesidades espefícicas de Galicia, habría sido catastrófico. Incapaz de vender sus escasos logros ni de comunicar las dificultades de un atraso secular del que forman parte directamente.

No somos vascos ni catalanes y estamos en camino de quedarnos en andaluces, en una tierra improductiva para sus habitantes, pero con una sanidad y una educación competentes.

Cualquiera que haya vivido en Galicia los últimos diez años sabrá lo que sucedía aquí, porque no sólo era público, si no que era orgullosamente publicitado. No seré yo quien diga que tipos como Aymerich o Ricardo Varela pueden traer algo que no sea un saco vacío, pero ahora, por lo menos, las cosas malas, o son noticia o nos indignan.

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