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Es consolador que por lo menos en Galicia intentemos que la convivencia democrática y el respeto a las leyes sean principios apoyados por todos. El Parlamento autonómico por una vez se pone de acuerdo en algo que no sea pedir más dinero al Estado central, concretamente en algo tan sencillo como lamentar y condenar los crímenes de guerra cuyas consecuencias todavía a día de hoy estamos sufriendo, y en aportar algo de lógica en la convivencia cultural.

Esto contrasta con quienes todavía se empeñan combatir a sus semejantes, en despreciar su Historia y mantener principios excluyentes de convivencia. Gracias a Dios cada vez son menos.