viernes, 12 de junio de 2009

molares la curranta

Esta chica vale un huevo, como le dijo Camps al Bigotes. ¿Pues no se tiró 24 horas trabajando? Y seguidas, allí metida, entre empresarios y sindicalistas. Porque lo de pasar una noche entera entre tantos hombretones llamándose de todo no es algo que pueda hacer una chica cualquiera. En esas dependencias oscuras y solitarias de la Xunta, que puede pasar de todo y no se entera nadie. Bueno, porque estaban los señores empresarios, que esos sí son unos caballeros, porque los barbudos de los sindicatos, no es por nada, chico, pero pasado un tiempo, allí no había quien respirara, con sus zamarras y pellizas y sus barbones sudorosos, con esas miradas torvas, sin lavarse los dientes y bebiendo el café a sorbos ruidosos, no había quien aguantara. Que parece que nunca están contentos, habiendo tantas cosas bonitas en la vida.


La pobre Molares sólo subió a por el bolso y la liaron

Y venga a llamarse de todo los unos a otros:
- Comunista - Explotador - Te voy a joder los soldadores - En la puta calle te vas a quedar, mamarracho (éste fue el Alvariño, que para llamar a las cosas por su nombre es único, el tío)
- Mucho pedido vas a servir tú si no voy yo a currar - Pero si lo que hacéis veinte de vosotros me lo hace medio peruano y por la mitad de dinero - Peruana tu puta madre - Huy, lo que me ha dicho, pues yo me voy - Pues a tu casa a joder la marrana que te voy a convocar una asamblea que te vas a enterar
Y otra vez a suplicarles que no, que se sentaran a hablar de sus cosas, pero sin ponerse nerviosos. Aunque en el fondo les entiende, que los hombres cuando se calientan son como toros bravos, que acuden siempre a embestir al trapo rojo. Menos mal que ella iba de color pastel, que es más discreto. Y muy tapada, pero moderna, para no acatarrarse ni dar lugar a malos entendidos. Con un traje de Zara precioso que le dejó la Perly el año pasado, cuando aún se hablaban.


Lucía nunca podrá olvidar las cosas tan horribles que vió aquella noche

1 comentario:

Anónimo dijo...

Seguro que se apuntó al maratón por su algún torito sudoroso y mal oliente le hacía una embestida de favor, pero ni pagando tío que pa eso hay que estar o muy colocao o estar ciego