El caso es que, aunque parezca mentira, da la sensación de que el Feipijoo no sabe muy bien qué hacer con ella, como si con la rubia concejala no se pudieran hacer un montón de cosas. Por ejemplo, en el puerto haría un magnífico papel. Un lugar lleno de musculados marineros paseando arriba y abajo, cargados de cajas, con sus monos grasientos, ¿qué mejor lugar para planificar una humanización con flores de colores? Divino iba a quedar el puerto si la dejan a ella. Y baratito iba a salir, que puestos a ahorrar no hay quien la gane, con el Louzán dándole pasta para sus obras y sus cosas. Y además el morbo del reencuentro con Julio Alonso, ese fornido y sagaz marinero que tan buenos ratos le dio como colega en el Concello.
Pero dejémonos de sueños. Porque, a fin de cuentas, ¿qué más da dónde poner a la Perly?, si, total, para presentar maquetas ya se va a plantificar ella solita y para las inauguraciones tendrá mejor sitio que el bialcalde Caballero, eso garantizado. Lo único que fastidia es haberse quedado sin el sobresueldo de la Diputación, que parece que no, pero a fin de mes aliviaba más que comprar aceite en el Lidl.
Así de monos va a poner Perly a los sudorosos operarios portuarios
3 comentarios:
Jajajajajjaja... no lo puedo resistir.
Nos vemos Pablo.
cuento con ello
Feijoo: "Lo que diga la rubia".
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