miércoles, 21 de enero de 2009

amiguetes

Amigos y socios, pactos de sangre, gestiones visualizadas en color naranja y rojo, ... El bipartito vigués mejor firmaba sus acuerdos con un apretón de manos ensalivado, como los niños de las películas americanas.

Por una parte, el Celta pasa a ser Patrimonio de la ciudad, y no un empresa de caracter deportivo. Los viejos se acuerdan de cuando Ventura se atrevió a meterse con el equipo de fútbol de la ciudad y hubo quien propuso que compensara su trato con el Concello por medio del regalo de entradas. Eran otros tiempos, suponemos, como cuando el arreglo que ahora paga el gobierno central y presenta el Olveira lo iba a pagar Karpin. Suponemos que en aras del respeto al pacto de gobierno, el concejal de tráfico y de urbanismo apoyarán tan emblemática idea. El caso será hacer obras donde sea, aunque sean inútiles e inoportunas. Por no mencionar que fue el mismo emblemático Bng quien esquivó la declaración de bien de interés cultural a esa zona.

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