Vivo en un país donde es más sencillo construir un circuíto de velocidad en el medio del monte que pretender ordenar el caos urbanístico en un pueblo. Donde los artistas tienen que pintar retretes.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Definitivamente, Lewis Carroll nunca imaginó que habría realidades más disparatadas que su obra. En fin.
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Definitivamente, Lewis Carroll nunca imaginó que habría realidades más disparatadas que su obra. En fin.
Un saludo
el bueno de Lewis y sus conejos apresurados encajarían muy bien por aquí.
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